Futuro (im)probable

Él la miraba intentado adivinar

el secreto que escondía

tras el brillo de sus ojos.

 

Ella le miraba a él,

tratando de imaginar

el pensamiento fugaz

que surcaba por su mente

en ese preciso instante,

en el que se encontraban, frente a frente.

 

Y mientras el mundo gira,

sus mundos se paralizan

y se abre un infinito de posibles aventuras,

y aparece, inoportuna,

la tan temible locura

que les susurra bajito

que si se unen sus cuerpos

se abrirá el Infinito,

que sus vidas, de la mano,

serán caminos de dicha,

que al despertar cada día verá los ojos de ella

y ella verá su sonrisa

y él sentirá por fin que es hermosa la vida

y en sus ojos una luz revelará sin remedio,

que ha descubierto el secreto

del brillo de aquellos ojos,

que lucían al mirarle por haber vencido al miedo.

 

Mas los suyos no lo hicieron

y unos instantes más tarde,

sus caminos, separados, continuaron creciendo.

Tiempo de niebla

La sensación de estar perdido, de no saber con certeza hacia dónde te diriges, el miedo a no encontrar aquel destino que tu corazón debiera anhelar interiormente, el miedo a no encontrar el corazón que interiormente anhelas como destino.

El echar de menos la inspiración y el huir de ella cuando te sorprende, el negarte a dejar ir un pensamiento que hiere, empeñándote en descifrar el significado que oculta tras su apariencia.

El rebuscar en la memoria ese rostro de quien ya no te acompaña,  o el tono de su voz, intentando hacer que suene en tu cabeza con la misma sonoridad con la que salía de sus labios.

El suspiro que prosigue al llanto, el querer a alguien y el odiarlo a ratos, el buscarTe tanto que olvidé el Camino, el encontrar la calma y el ahogar el ruido para poder hallar lo que creo perdido.

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